AMBRA Y SUS "AMBRADAS"

Llevamos un par de días con la gata de marcha, mucha marcha. El domingo tocó bañarla... misión solo apta para valientes. Se traduce en coger a la gata, cerrar el cuarto de baño, cubrir el suelo con plásticos y una toalla grande vieja y con un cacito ir echándole agua para mojarla, enjabonarla y quitárselo con el mismo sistema... Acabamos duchadas las tres, ella, mi hija y yo. En la foto podeis ver el momentazo post ducha, mojada y mosqueadísima. Si no fuera por necesidad, no la bañaríamos, pero como hay que hacerlo sí o sí, pues ahí la teneis....




Y ayer otro momentazo. Había que hacerle análisis de orina. O sea que como era la segunda vez, y la primera fue genial, se logró a la primera, me las prometía yo muy felices. Limpio su cajón, le pongo la arena especial, y desayuno esperando el momentazo. Voy a la cocina a limpiar los cacharros sucios y veo a Ambra acercándose a la arena, oliéndola, se gira, me mira... ¿un gato puede reírse en tu cara? Pues eso es lo que hizo en versión gatuna. Se pasó toda la mañana yendo y viniendo sin regalarme el preciado líquido, que además una vez en el exterior de su cuerpo se degrada rápido, o sea que hay que correr al veterinario con el pote. Estaba mi madre en casa partida de la risa, porque yo de tanto en tanto miraba a la gata, y le decía Meaaaaaaaaaaaaaaaaaa, por favor. Nos sentamos a comer y en ese momento la doña decidio que ahora si. Que bonica es ella...