MIEDO, ASFALTO, CANAPES, LIBRETA... SIGUE LA TRISTEZA

Estoy cansada... no paro en casa, pero necesito mantenerme ocupada. Se que un día u otro tengo que parar, ahora mismo escribo tumbada en la cama con mis rodillas envueltas en un trapo con hielo, me duelen mucho, pero llevo tres mañana saliendo de casa a las nueve y llegando a las dos. La excusa son encargos mil, pero necesito tener la mente ocupada, porque en cuanto me relajo, me cae el mundo encima. Hago cosas me muevo, pero eso que me estruja el corazón y me mantiene al borde del llanto está ahí, agazapado... Mi hija se va a finales de agosto, así que si mi situación económica era crítica, ahora ya paso a estar en la uci, pero vamos, que le importa un pepino, lo mismito que a mi ex y mi hijo. Los tres ya hace  unos días me dijeron que espabilara que me buscara
un trabajo que no me iban a mantener siempre. A mis años, con mis rodillas... desesperante... como si yo durante 25 años no hubiera trabajado por vaga. Que frágil es la memoria. Y que cruel es la vida. Tengo tres buenas amigas, mi granaína, mi canaria y mi murciana que están ahí, cada día, cada noche, me escuchan, enjuagan mis lágrimas, me dan ánimos, aunque les explique mil veces lo mismo, al menos me desahogo, pero ellas no van a a mantenerme, aunque alguna ayuda económica si me han prestado. También he hablado un par de veces con mi Tata, pero está muy liada con su inmensa tropa. Pero no negaré que esta vez estoy muy muy asustada. No he cotizado bastante para tener alguna ayuda, se me cierran todas las puertas, no se como saldré de esta.

Después del primer golpe del despido y la marcha de mi hija, y por el bien de las dos, he optado por tragarme mi dolor, mi desesperación, mi "no entiendo nada", y ayudarla a irse. El viernes fuimos a comprarle maletas, ropa, ayer fui a buscarme los últimos papeles de la cittadinanza italiana y hoy he ido a comprar cosas que necesito pues mi hermana me ha encargado para el viernes panecillos y canapes para 13 personas, ahí es nada!!!!

Luego también he ido a una papelería muy bonita e importante de Barcelona a comprarle un regalo a mi hija, una libreta muy original para que se la lleve a Madrid con las recetas que hacíamos juntas de dulces, escritos por mi a mano. Soy tonta, muy tonta, pero me he quedado con un sabor agridulce. No se si le ha hecho ilusión o no, creo que si, pero ni un beso ni un abrazo... creo que no aprendo.

Hemos llegado a casa a la una y pico (desde las nueve y poco que hemos salido) y oh sorpresa, y van, si ayer me encontré que nos habían quitado las lamas de la fachada que cubrían la cocina (y sigo esperando que vengan a ponerlas), hoy resulta que al ayuntamiento le ha dado por asfaltar mi calle, que alegría, con estos calores, una gozada oiga. A eso, sumemosle que mi ordenador sigue tomando sus propias decisiones y sigue cerrándose cuando le apetece, sin ruido, sin dolor, solo se apaga, sin aviso de error ni nada. Lo vuelvo a poner en marcha, y funciona perfectamente... hasta el próximo apagado. Hay días que se apaga un par de veces, hay días que se ha llegado a apagar una docena. Bien, bien, bien. Seguimos poniendo a prueba mi sistema nervioso.

Esta es la libreta que hemos comprado





Y ahora estoy tirada en mi sillón. Sigo con hielo en mis rodillas, que llevan unos días de paliza absoluta y duelen, así que esta tarde me voy a dedicar al dolce far niente, vamos, vagancia absoluta! Mañana procuraré descansar, a ver si consigo frenar este ritmo infernal y no pensar demasiado. Y por la noche concierto de mi hija, el último. Tambien, claro está, se despide de la coral.

Os dejo una canción que me encanta, me carga de positivismo