BARCELONA - JARDINES DEL EIXAMPLE (ENSANCHE)

El distrito del Eixample es fruto del crecimiento de Barcelona.

El origen del Eixample se encuentra en el espacio del llano del Barcelonès que estaba fuera de las murallas, entre la ciudad y los pueblos de los alrededores. Era una gran extensión de llano, en la que no se podía construir porque era considerada zona militar y dónde sólo había los huertos de los payeses de Gràcia y de Barcelona, que estaban surcados por los caminos que salían de los portales de la ciudad vieja.

Eixample

Hasta comienzos del siglo XIX, las murallas medievales de Barcelona eran suficientemente grandes para acoger una ciudad que iba creciendo, pero con el inicio de la industrialización se hicieron pequeñas con las nuevas fábricas y con el crecimiento consecuente de la población. A causa de la prohibición de edificar fuera de las murallas, las nuevas fábricas y los barrios de trabajadores se construyeron en los pueblos que rodeaban la ciudad. Pueblos como Gràcia, Sants, Sant Martí y Sant Andreu se convirtieron en villas industriales.
La relación entre la ciudad y los pueblos del llano era muy intensa. Del portal de Sant Antoni salía el camino hacia Sants y del portal del Àngel el camino de Gràcia. El tráfico era tan continuo que se instalaron servicios regulares de coches de caballos. En 1824 se plantaron cuatro hileras de árboles en torno al viejo camino de Gràcia, que se convirtió en un paseo tanto para los barceloneses como para los gracienses. Más tarde, se construyeron jardines con merenderos y locales al aire libre en los que se hacía teatro, bailes y conciertos de música y atracciones; eran el Prado Catalán, los Campos Eliseos y el Tívoli, entre otros.
Entre 1854 y 1856 se consigue derribar las murallas durante un corto periodo de gobierno progresista, pero hasta 1858 no se permitió hacer un plan para ensanchar urbanísticamente la ciudad.
Fue en 1859 cuando el consistorio barcelonés convocó un concurso de proyectes urbanísticos, del que surgió ganador el del arquitecto Rovira i Trias. Paralelamente, el gobierno central encargó otro al ingeniero Ildefons Cerdà, un plan que impuso por un decreto que anulaba la decisión del Ayuntamiento de Barcelona. Aquella intromisión centralista no gustó nada en la ciudad aunque establecía un proyecto mejor. El Plan Cerdà aprobado fue rechazado por medida centralista del gobierno y por el gran número de espacios "desperdiciados" en jardines. Su plan no se destinaba sólo al espacio que hoy ocupa el distrito del Eixample; planteó un ensanche entre Montjuïc y el río Besòs, incluyendo el término de Sant Martí.
El Eixample se construyó en los años de la industrialización de Cataluña, en las postrimerías del siglo XIX y comienzos del XX. La parte central, la derecha del Eixample, fue el barrio de la burguesía que introdujo en sus casas un estilo propio, el modernismo, reflejo de aquel momento. A pesar de que en esta zona se concentra un buen número de los edificios significativos, el resto de los que hay también en otros barrios como el Fort Pienc, la Sagrada Família, Sant Antoni y la izquierda del Eixample, fueron influidos por esta corriente. Todo el Eixample constituye un conjunto arquitectónico modernista único en Europa.

El Plan Cerdà

Con su plan urbanístico, Cerdà quería diseñar una ciudad igualitaria, donde no se diferenciaran unos barrios de otros por las condiciones de vida impuestas. Los mismos servicios se preveían uniformemente para todos los rincones.
Se basaba en una gran red de calles perpendiculares y traveseras. Todas ellas uniformes, excepto dos vías sesgadas superpuestas -la Diagonal y la Meridiana- y la Gran Vía deles Corts Catalanes. El punto donde se encontraban estos ejes era el gran centro de comunicaciones del Eixample, en el cual se preveía una gran plaza, la de Les Glòries Catalanes. Con un gran rigor, previó el reparto uniforme de zonas de servicios, como mercados, centros sociales e iglesias, y unos grandes parques de distrito.
Las manzanas no eran exactamente cuadradas ya que, para facilitar la visibilidad, en las esquinas se cortaban los ángulos en forma de chaflán. En el interior de cada una sólo se permitía construir en uno o dos lados, y el resto del espacio se dejaba para el jardín de los vecinos. Las casas no habían de tener más de tres pisos de altura, ni tampoco tenían que ser muy profundas. Cerdà lo estableció así porque consideraba que la salud de los ciudadanos dependía de poder vivir en unas casas muy iluminadas por las que circulara el aire limpio de los jardines que habían que rodearlas por todas partes.
En lo que concierne a los jardines, además de los árboles de las calles y los jardines de cada manzana de casas, estaba previsto para cada barrio un gran parque de cuatro a ocho manzanas de extensión. Además, en la zona del Poblet, hoy barrio de la Sagrada Familia, estaba previsto un gran hipódromo y un gran bosque en el extremo levante de la ciudad, en la orilla del Besòs. Igualmente se preveían tres hospitales fuera de la trama de calles.
Aunque en aquel momento era difícil imaginarse la existencia del automóvil, se dejaron calles espaciosas por dónde podían circular los carros, los coches y los tranvías de caballos. En definitiva, Cerdà quería hacer una ciudad para vivir en la que se evitara la densidad de casas de la ciudad vieja.
El encanto del Eixample no es sólo los edificios más valiosos, sino todo el conjunto; las casas que son más sencillas tienen una cornisa, una barandilla o una portería con un detalle significativo de la arquitectura que las caracteriza.

L'Eixample distrito modernista

La arquitectura modernista mezclaba las nuevas técnicas y materiales del momento con la utilización de los recursos que proporcionaban las diversas técnicas decorativas tradicionales: los estucos, los esgrafiados, los cristales emplomados de los vitrales, la forja. El trabajo de los artesanos se ponía al servicio del diseño y de la concepción de los arquitectos modernistas. Una nueva arquitectura y un nuevo concepto del espacio que recogían las antiguas técnicas de la tradición y las más nuevas, todo en una armonía al servicio de la libertad creativa.
Lluís Domènech i Montaner, Josep Puig i Cadafalch, Antoni Gaudí y tantos otros arquitectos crearon, poco a poco, el nuevo distrito. Empezaba un nuevo estilo que se alejaba de la monotonía del eclecticismo dominante hasta aquel momento. 

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JARDINES DE CONSTANÇA D'ARAGÓ








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TORRE DE LES AIGÜES (Torre de las Aguas)

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